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¿Quién somos?

¿Quién somos?

viernes, 6 de junio de 2014

Critíco, luego existo

Hola mis Cabron@s!!

El otro día me encontré una foto por las redes sociales que me hizo mucha gracia, y además me dio idea para un post. La foto es esta: 

Exactly!!
Me pareció una foto muy acertada, dadas algunas circunstancias de mi vida, y seguro que también de la vuestra. Supongo que la mayoría de vosotras os aplicaréis este cuento, aunque muchas veces intentamos que sea así, pero en el fondo no nos la suda tanto. Bien porque tienes amigos de por medio, familiares, u otra persona que te importe, pues a veces, hacer oídos sordos a las críticas no nos da tanto igual.

Hay varios tipos de cotillas en este mundo. Yo en este post os voy a describir a dos en particular. La primera es: 

LA VIEJA DEL VISILLO (Y se lo dedico a mi amiga Maite, con cariño, ella ya sabe por qué)

Tengo micrófonos en todas las peñas...

Os cuento, mi madre es de un pueblecito de Ávila al que tengo que hacer mención porque allí he pasado muchos de los mejores momentos de mi vida, y donde tengo mis amig@s de siempre y muchos que se han ido uniendo a lo largo de los años, y a los que quiero con todas mis ganas. ¡¡VIVA CANTIVEROS!! 
Es de conocimiento popular que los pueblos han sido, son y serán, un hervidero de cotillas y víboras, y creo que no se salva ni uno. Si alguien conoce un pueblo donde no haya alcahueta, que deje una mención en el post, please, porque hasta que no lo vea no lo creo.
El caso es que a mí, desde bien pequeña, me ha sudado bastante el coño (qué ordinariez, pero seguiré el rollo de la foto) lo que dijeran la panda de viejas cotillas del pueblo. Obviamente, a mi abuela... NO. "Tienes que ir a misa que sino van a decir que no vas", "si no vas a misa, quédate en casa, porque ¡¡qué dirán si te ven por la calle!!", "¿dónde vas a estas horas, qué van a decir en el pueblo?", y bla... bla... bla... Pobre Tina... qué cruz le cayó conmigo. El "qué dirán" resonaba en casa de mis abuelos igual que habrá resonado en las de los vuestros. Pero yo he tenido la suerte de tener unos padres más bien modernos a los que también les sudaba todo lo que dijera la gente. 
La cosa ya se vuelve un poco delicada cuando creces y empiezas a tantear al sexo contrario... Porque ya no es lo mismo que tu abuela te diga que qué van a decir si no vas a misa, a que te despierte por la mañana, y tú entre la bruma de la resaca del día anterior (eran fiestas, me entenderéis) escuches lo siguiente: "me ha dicho la panadera que te ha visto salir de la peña con el chico de la Maura". WHAT???!!! 

Abuela, tráeme un ibuprofeno y ya te cuento, anda...
A las 7 de la mañana, ¡¡¿¿qué coño estabas haciendo pendiente de la peña, en vez de estar haciendo el pan??!! Digo yo... Pues eso, como esa, muchas.
Además, las que somos de fuera somos el blanco de la diana, normalmente. Tengo una amiga bilbaína (hola Leire, sí, eres tú), que le pusieron el apodo de Cascabel. Aún nos preguntamos por qué, pero las puñeteras viejas encima te ponían mote. A mí, directamente, me ponían a caldo. ¿Y por qué? Pues volvemos a la foto, porque como me suda el coño lo que digan, siempre he hecho lo que me ha dado la real gana. Eso sí, sin hacer daño a nadie. 
Lo mejor es cuando llegan las fiestas... Porque entonces, te pones a bailar con los chicos, sí, a bailar, NADA MÁS (pasodobles, rumbas... lo que se baila en los pueblos, mayormente) y te sacan tropecientosmil novios. Señoras, que ya no estamos en la época de la represión, ahora bailamos con los chicos, que sí. Las ves cuchicheando entre ellas y acercándose mientras bailan a sacarte parecido con tu madre o con tu padre, a ver de quién eres (esto es verídico, ¿eh?) Y si ya te ven de la mano de alguno... PREPÁRATE. Al día siguiente sales hasta en la gaceta. Y si encima el año pasado te vieron con tal y este año se te antoja liarte con cual... Ya eres oficialmente una puta. Tremendo. Señoras, lean más el RAE, que yo no cobro por morrearme. Morrearse es BIEN, haces ejercicio con un músculo que de otra forma no utilizas más que para hablar, y morreando no se habla, con lo cual... Blanco y en botella.
Después, llegan las relaciones estables, los hijos... todo calmado, ellas que se aburren... y entonces ¡¡ZAS!! Te separas. Imaginaos... 

-Qué chicos más guapos tienes, ¿y el padre?
-Mi padre bien, gracias.
-No, el de los niños.
-Estoy separada.
-Aaaahhh...

Ves como su gesto va cambiando, los ojos se le entrecierran y casi puedes oír el engranaje de su cerebro ponerse en marcha, preparándose para destriparte en cuanto se encuentre con la primera vecina que se le cruce en el camino. 
¿Qué sa separaó? Verás cuando se entere la Jacinta...

Pero a mí esto, como que me sigue dando igual, Cabronas. El problema de las que estamos separadas comienza cuando intentas rehacer tu vida, o darte un revolcón de vez en cuando. Porque ahí es cuando empieza el critiqueo a lo bestia, con frases como esta: "tiene dos hijos y mírala, anda de fiesta", señoras mías, tengo dos hijos pero también tengo UNA VIDA. El caso es que siempre les parecerá mal todo lo que hagas porque parece ser que una vez que tienes hijos, te tienes que quedar en casa y coserte los bajos forever and ever. Y lo peor de todo ya no es que el blanco de las críticas seas tú, sino que lo sea ese pobre diablo con el que te diviertes y que te empotra como si no hubiera mañana (menos mal que eso no lo saben, sino válgame Dios...). Porque él vive en el pueblo el resto del año y tú vuelves a la capital, y puedes hacer oídos sordos tranquilamente mientras te recreas en el polvo que has echado el sábado. Él tiene que aguantar todo tipo de comentarios y si encima llega a oídos de sus padres, ya ni os cuento. A algunos los amenazan con desheredarlos (esto también es verídico). En serio, estas cosas me preocupan. Me preocupan mucho. Porque a todas estas viejas del visillo de la vida les diría esto:

Para todas vosotras
Pero claro, una tiene una educación y se tiene que morder la lengua. Así que, me desahogo con vosotras. En fin, que el mundo sería un poquito mejor si cada uno se dedicara a lo suyo y se preocupara por su familia antes que por lo ajeno.

LAS QUE HABLAN POR TAPAR LO QUE TIENEN QUE CALLAR

Este grupo de criticonas suele rondar un rango de edad un poco más bajo que el de la Vieja del Visillo. A éstas se les puede perder el respeto porque total, no son ancianas a las que, por educación, no puedes mandar a la mierda.
Aquí vuelvo a sacar a relucir a mi madre, porque tuvo la suerte de poder callar la boca a una de estas. Y pensaréis: "pero esta chica debe haber sido más puta que las gallinas para que la critiquen tanto...". Lo sigo siendo. ¡¡Broma, BROMA!! Eso sí, me acuesto con quien quiero y cuando quiero, eso que quede claro, al fin y al cabo estoy soltera, ¿no? A ver, que me enrollo. El caso es que donde yo pasé mi infancia, Fuenlabrada city, tenía mi grupo de amigas (un mega beso para ellas por ser tan geniales), y nosotras éramos muy presumidas y llevábamos vestidos y faldas, además de pantalones. PORQUE LAS CHICAS LLEVAN VESTIDOS Y FALDAS, ¿ENTENDIDO? Total que había una en el barrio que tenía tres hijas, y debía ser que las suyas siempre llevaban pantalones. Y la mujer se dedicaba a decir por el vecindario que éramos unas putillas por vestir como vestíamos. Teníamos 10 años... Esto... ¿Vosotras no llevábais vestidos con 10 años? Bueno, pues como a todas las que critican les llega, años después, su hija de 17 años va y se queda embarazada...

¡¡Mamaaaaaaaa que la Mari está preñá!!
Y ahí fue cuando mi madre vio la luz, por fin. Porque un día que se la encontró por la calle, pues la cogió por banda y le soltó esto:

-Ya me he enterado que tu hija está embarazada. Enhorabuena.
-Sí... ya ves qué cosas.
-¿Has visto? Mi hija llevaba falda, pero a la que se la han metido pero bien, y llevando pantalones, ha sido a la tuya.

¡¡Ea!! Esa es mi madre. La que lleva por bandera aquello de "no escupas hacia arriba, que la gravedad hace el resto". Y es que querida criticona... si tienes hijas, nunca llames putas a hijas ajenas, o el karma hará el resto.
Además, yo tengo una teoría, creo que las que más critican y con maldad absoluta, y hago un inciso para aclarar que NO hablo de las críticas pequeñas que TODAS hacemos, porque Cabronas mías... TOD@S CRITICAMOS, no nos llevemos al engaño, el ser humano lo lleva en la sangre. Todas tenemos una amiga o amigo al que de vez en cuando ponemos verde, desde el cariño, por el vestido tan hortera que lleva, por lo mal que le han peinado en la peluquería o por el novi@ tan gilipollas que tiene (que es el que ella/él ha elegido, por desgracia, qué le vamos a hacer...). Pero eso no son críticas a maldad, aunque a veces creamos que a la mañana siguiente nos vayamos a levantar calvas y nos parezcamos a algo así:

¡¡Madre de mi vida qué vestido más hortera lleva Pepaaaa!! ¡¡Arrancadme los ojos!!
Pero sin los morros de la Jolie, claro... (¡¡Mierda!!).

A lo que iba, mi teoría es que todas esas que hablan con maldad, son las que más tienen que callar. Tienen su pasado turbio, y bien turbio, y lo que hacen es criticar a las demás para que no recaigan sobre ellas las críticas. Pues oye, si así sois más felices... 

En fin, que sigamos haciendo oídos sordos a las críticas y hagamos siempre lo que el cuerpo nos pide hacer, desde el respeto a los demás, porque la vida son dos días, Cabronas. Y los buenos empotradores escasean. Ahí lo dejo.

Besooooooooooooooos


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